Empecé a trabajar para la empresa hace ya más de diez años. Primero como trabajo secundario, para compaginar con mis estudios. Cuando mi papá se dio cuenta de que estaba interesado en “su” negocio de especias, me enseñó lo básico y pronto tuve el control de los envíos pendientes y los documentos correspondientes. Así conocí todos los productos y clientes. A medida que pasaba el tiempo, el trabajo se convirtió en una parte más seria de mi vida y durante los últimos cinco años este ha sido mi trabajo de tiempo completo. Esto significa las ventas a Latinoamérica de las que ahora tengo el control. Me especializo en canela, que es un producto muy especial y tradicional de Sri Lanka. Es una de las pocas especias (si no la única) que aún se produce manualmente y hay que conocer el proceso para apreciar realmente lo hermoso que es este producto. Los precios cambian casi a diario y no hay temporada igual, así que tienes que estar al tanto. Esto último, por supuesto, se aplica a todas las especias (y semillas / hierbas) que comercializamos. Lo que me gusta es la variación que ofrece el trabajo. Todos los días estás en contacto con personas de diferentes zonas horarias y culturas, lo que lo hace muy personal. Es realmente satisfactorio reunir a un importador y un exportador y ayudar en la creación y desarrollo del negocio.